domingo, 10 de abril de 2016

Juventud.





"Cuando somos jóvenes creemos que, no sólo nosotros, sino todo cuanto nos rodea es inmortal". Así lo citó Benjamín Disraeli y tal vez de alguna manera el director Paolo Sorrentino con su última obra quiere que lo recordemos. 
Los espectadores que disfrutaron de "La grande Belleza" seguramente apreciaran "Juventud"; claro que esta última es menos compleja que la ganadora del Oscar a mejor película extranjera. 
Esta vez no tenemos las fiestas romanas, en esta ocasión el encuentro es en un hotel lujoso al pie de los Alpes suizos. Nuestros protagonistas dos hombres llegando a los ochenta años, que comparten amistad desde seis décadas, llevan más de cuarenta años tomando vacaciones en ese spa de lujo, y además son con suegros. Amigos que solo se cuentan cosas buenas y que en el último tiempo una de sus preocupaciones es si han orinado durante el día. Estos dos personajes son Fred Ballinger (Michael Caine), músico y gran director de orquesta retirado y recordado por sus "Canciones Simples" pero tiene más obras que la mayoría no recuerda. Fred está descansando, en ese lugar idea para cualquier persona, acompañado de su hija y asistente Lena (Rachel Weisz). Nuestro segundo personaje se trata de Mick (Harvey Keitel) director de cine rodeado de sus jóvenes actores tratando de terminar su película testamento.  
Fred lleva tiempo alejado de la música pero no ha olvidado como dirigir; sin embargo hay alguien que desea que vuelva a trabajar, desde Londres un emisario de la Reina Isabel II, trata de convencerlo para dirigir otra vez sus "Canciones Simples"  en el Palacio de Buckingham, con motivo del cumpleaños del Prícipe Felipe. Pero él se va a negar ya que esas obras las escribió para su mujer y ella es la única soprano que puede cantarlas y no hay manera de que eso vuelva a suceder. 
Durante dos horas de relato, Fred y Mick se entretienen con saunas, masajes, exámenes médicos y compartiendo el hotel con varias personalidades, en su mayoría, relacionadas con el ambiente artístico, claro que hay excepciones como un Maradona (Roly Serrano) que si bien nunca se lo nombra; pero el espectador lo reconoce de inmediato al igual que los demás huéspedes, sabemos que es el Diez. Se lo ve jugando con pelotas de tenis, con un respirador, o cruzando alguna que otra palabra con otras personas del lugar. También hay un actor joven pero consagrado (Paul Dano) en pleno proceso de composición de un personaje para su nueva película. Un matrimonio que nunca dialoga y que Fred siempre gana apuestas a su amigo Mick porque no dicen palabra alguna. 
Hay mucho diálogo reflexivo durante todo el relato, hay que prestar atención a ciertas palabras que el director pone en boca de una niña y de Miss Universo. Nuestros protagonistas están en constante reflexión, y tratando de recordar voces de personas del pasado, todo gira alrededor de esa mirada hacia el pasado, esa mirada nostálgica que nos lleva a la conclusión de que las emociones es lo único que tenemos y que a veces como reconoce Mick se pierden los mejores años de la vida y uno agregaría sin darnos cuenta. 
Paolo Sorrentino nos presenta una película que trata sobre los contrastes, la juventud, la vejez, el pasado, el futuro, la desnudes, el vestuario, la superficie, el agua, la música, el silencio, el cine, la televisión, el presente, el recuerdo, la amistad, el amor, la pasión, el paso del tiempo, el arte, las relaciones padre e hijos. 
Entre todas las conversaciones y reflexiones hay una muy interesante, de esas que cuando se prende la luz en la sala cinematográficas seguís pensando: "Cuando se es joven, todo se ve cerca, eso es el futuro; pero después de viejo se ve todo lejos. Eso es el pasado"  Entonces es ahí donde el espectador se encuentra con su propio larga vista para observar su vida, su experiencia, su camino recorrido y pensar si ha disfrutado, si ha vivido o cuánto falta por recorrer pero la advertencia de Sorrentino, a través de sus protagonistas que reflexionan sobre la finitud de la vida, es recuerda que eres mortal. 
Quienes se animen a ver la Juventud, disfrutaran de una estética maravillosa y excelente fotografía y música pero sobre todo quedaran pensando y repasaran en sus mentes cada escena y harán sus propias conclusiones. 






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