sábado, 24 de septiembre de 2016

"Allegoria della Divina Commedia"

Infierno, Purgatorio y el Paraíso que Dante Alighieri nos presenta en su relato es una alegoría del ser humano y su auto definición como ser perfecto.  Son tres mundos, tres reinos que se oponen y se complementan; que representan el paso ineludible del hombre hacia aquello que está después de la muerte. 

Esto es la Divina Comedia, un maravilloso texto que el poeta italiano entregará al mundo como una de las principales creaciones literarias de la historia de la humanidad. La Divina Comedia es la obra maestra de Dante Alighieri. 

Dicha presentación, es solo para dar lugar a la muestra de arte de Luisa Mendez. En el marco de las celebraciones por los ciento veinte años de la Asociación Dante Alighieri Buenos Aires (Tucumán 1646). La artista plástica, presenta allí su  "Allegoría della Commedia". Elizabeth Stolar es la curadora de esta muestra haciendo una bella y poética presentación. Esta obra la  podrán disfrutar hasta el 11 de Octubre. 
Así como hay muchas formas de interpretar lo escrito por Dante ya que, el recorrido que plantea  a través de los tres lugares a los que el hombre está destinado según sus acciones en este mundo,  está colmado de simbolismo; lo mismo encontramos en la obra de Luisa Mendez, cada pintura esconde más de un símbolo, más de un mensaje a interpretar. 
El espectador que, en alguna oportunidad pudo leer la Divina Comedia, podrá recordar que cada círculo descrito por Alighieri, tiene su estructura, es una geografía física que castiga a cada pecador como merece y  aún así se representa la vida como un viaje. De esta manera, Luisa  también estructura su obra, a partir de la selección de determinados  "cantos" tomados del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. El espectador que disfrute de esta muestra estará realizando un viaje a través del color y la luz que la artista trabaja muy delicadamente. Incluso estando parados frente al Infierno que Mendez representa nos sentimos iluminados, ya que ella logra hacer viva la pintura.  
La Divina Comedia trata de mostrar que nuestro destino de la vida ultraterrena está siempre determinado por las opciones tomadas en vida. La muestra de arte nos pone frente a ciertos pecados capitales como la lujuria, la pereza o la gula que en el infierno es una mesa vacía con mantel blanco. Nos presenta su entrada al Infierno o el destino desolador hasta llegar al gris del Purgatorio que la artista representa con mucho movimiento. A medida que avanza el espectador en este viaje visual, va dejando los rojos y negros para encontrarse con los colores pasteles de azules, verdes y turquesas del Paraíso.

Por último, al igual que el Dante del relato, el espectador finalmente observa la luz de Dios, aquí representada en un paraíso amarillo con círculos anaranjados.
Cada "canto" representado en lienzo es un placer al goce estético y un homenaje al viaje visual creado por Dante Alighieri. Seguramente, más de un espectador tendrá ganas de releer la Divina Comedia o de leerla por primera vez si nunca lo hizo. Cada pintura de Luisa Mendez en esta muestra es admirable, ya que no solo deja mensaje sino que también pone a funcionar la biblioteca cultural de cada observador.  
"Allegoría della Divina Commedia" es digna de ser vista más de una vez, ya que hay mucho para pensar y disfrutar. Luisa Mendez en cada cuadro aplica colores como palabras que forman poemas.

domingo, 26 de junio de 2016

Julieta

A veces la ausencia del ser amado llena la vida de alguien y la destruye también. Esto es lo que le sucede a Julieta, la nueva madre que nos presenta el manchengo Pedro Almodóvar.
Una vez más, este director aborda el mundo femenino. Un mundo tan misterioso y atractivo como el mar. 
Julieta vive en Madrid con su hija Antía. Ambas en silencio sufren la pérdida de Xoan, padre de una y marido de la otra. En este caso, el dolor no es razón para unir a madre e hija sino para separarlas. Cuando Antía es mayor de edad, hace un viaje con determinada intención pero la verdad  es abandonar a su madre. Julieta la buscará por todos lados y por todos los medios; pero lo único que encuentra es lo poco que sabe sobre su propia hija. 
Julieta es una historia sencilla;  pero lo interesante de Almodóvar es la manera de contar y de llevarnos a través de la cámara, de seguir a cada personaje. 
Emma Suárez y Adriana Ugarte le ponen el cuerpo al mismo personaje en décadas distintas.  Ugarte interpreta a una Julieta de los  años ochenta, una joven libre y dispuesta a la aventura, sin prejuicio alguno y por el otro lado, Suárez será una Julieta madura que carga un dolor difícil de expresar. 
El espectador, seguidor de los filmes de este director, seguramente atento a esta historia recordará Todo sobre mi madre, o Volver, también de Almodóvar. Sin embargo, Julieta es una madre distinta a las que estamos acostumbrados a encontrar en las películas de este director. Julieta es más vulnerable, es más débil y le cuesta luchar, incluso cae en depresión y por momentos es un ser apagado, sin vida. 
A medida que avanza el relato, o mejor dicho los tres relatos, las tres décadas que van contando esta historia descubrimos que los  componentes claves son: la ausencia, la búsqueda, la culpa, la muerte, el cruel paso del tiempo y la redención. 
Más de una madre podrá emocionarse en la sala, sólo alguien que tiene hijos sabe lo que se siente perder a un hijo. Solo alguien que perdió al ser amado puede saber qué se siente. Esto nos recuerda Almodóvar llegando al fin de la historia. Una final con esperanza, con redención. 
Julieta y su hija Antía fueron separadas por el dolor, y será otra vez el dolor la razón que las vuelva a encontrar. 
Julieta está basada en los retalos "Destino", "Pronto" y "Silencio" de la escritora Alicia Munro. El filme cuenta además con las actuaciones de Rosy de Palma y Dario Grandinetti. 

domingo, 10 de abril de 2016

Juventud.





"Cuando somos jóvenes creemos que, no sólo nosotros, sino todo cuanto nos rodea es inmortal". Así lo citó Benjamín Disraeli y tal vez de alguna manera el director Paolo Sorrentino con su última obra quiere que lo recordemos. 
Los espectadores que disfrutaron de "La grande Belleza" seguramente apreciaran "Juventud"; claro que esta última es menos compleja que la ganadora del Oscar a mejor película extranjera. 
Esta vez no tenemos las fiestas romanas, en esta ocasión el encuentro es en un hotel lujoso al pie de los Alpes suizos. Nuestros protagonistas dos hombres llegando a los ochenta años, que comparten amistad desde seis décadas, llevan más de cuarenta años tomando vacaciones en ese spa de lujo, y además son con suegros. Amigos que solo se cuentan cosas buenas y que en el último tiempo una de sus preocupaciones es si han orinado durante el día. Estos dos personajes son Fred Ballinger (Michael Caine), músico y gran director de orquesta retirado y recordado por sus "Canciones Simples" pero tiene más obras que la mayoría no recuerda. Fred está descansando, en ese lugar idea para cualquier persona, acompañado de su hija y asistente Lena (Rachel Weisz). Nuestro segundo personaje se trata de Mick (Harvey Keitel) director de cine rodeado de sus jóvenes actores tratando de terminar su película testamento.  
Fred lleva tiempo alejado de la música pero no ha olvidado como dirigir; sin embargo hay alguien que desea que vuelva a trabajar, desde Londres un emisario de la Reina Isabel II, trata de convencerlo para dirigir otra vez sus "Canciones Simples"  en el Palacio de Buckingham, con motivo del cumpleaños del Prícipe Felipe. Pero él se va a negar ya que esas obras las escribió para su mujer y ella es la única soprano que puede cantarlas y no hay manera de que eso vuelva a suceder. 
Durante dos horas de relato, Fred y Mick se entretienen con saunas, masajes, exámenes médicos y compartiendo el hotel con varias personalidades, en su mayoría, relacionadas con el ambiente artístico, claro que hay excepciones como un Maradona (Roly Serrano) que si bien nunca se lo nombra; pero el espectador lo reconoce de inmediato al igual que los demás huéspedes, sabemos que es el Diez. Se lo ve jugando con pelotas de tenis, con un respirador, o cruzando alguna que otra palabra con otras personas del lugar. También hay un actor joven pero consagrado (Paul Dano) en pleno proceso de composición de un personaje para su nueva película. Un matrimonio que nunca dialoga y que Fred siempre gana apuestas a su amigo Mick porque no dicen palabra alguna. 
Hay mucho diálogo reflexivo durante todo el relato, hay que prestar atención a ciertas palabras que el director pone en boca de una niña y de Miss Universo. Nuestros protagonistas están en constante reflexión, y tratando de recordar voces de personas del pasado, todo gira alrededor de esa mirada hacia el pasado, esa mirada nostálgica que nos lleva a la conclusión de que las emociones es lo único que tenemos y que a veces como reconoce Mick se pierden los mejores años de la vida y uno agregaría sin darnos cuenta. 
Paolo Sorrentino nos presenta una película que trata sobre los contrastes, la juventud, la vejez, el pasado, el futuro, la desnudes, el vestuario, la superficie, el agua, la música, el silencio, el cine, la televisión, el presente, el recuerdo, la amistad, el amor, la pasión, el paso del tiempo, el arte, las relaciones padre e hijos. 
Entre todas las conversaciones y reflexiones hay una muy interesante, de esas que cuando se prende la luz en la sala cinematográficas seguís pensando: "Cuando se es joven, todo se ve cerca, eso es el futuro; pero después de viejo se ve todo lejos. Eso es el pasado"  Entonces es ahí donde el espectador se encuentra con su propio larga vista para observar su vida, su experiencia, su camino recorrido y pensar si ha disfrutado, si ha vivido o cuánto falta por recorrer pero la advertencia de Sorrentino, a través de sus protagonistas que reflexionan sobre la finitud de la vida, es recuerda que eres mortal. 
Quienes se animen a ver la Juventud, disfrutaran de una estética maravillosa y excelente fotografía y música pero sobre todo quedaran pensando y repasaran en sus mentes cada escena y harán sus propias conclusiones.